Le preguntaron a Manuel Llorente si había que esperar alguna salida importante más y el presidente dijo que sí, que ojalá se produzca alguna salida importante y lo antes posible, primero para facilitar el trabajo a Emery pero sobre todo para seguir rebajando la nómina de la plantilla. La respuesta, claro, tiene truco. Para Llorente y para el Valencia CF, después de haber traspasado este verano a Villa y Silva por 73 millones de euros, importante ahora mismo no es subastar a Mata ni colocar a Pablo Hernández, para decepción de muchos. Importantísimo, porque importante es poco, sería que alguien viniera a fichar a Del Horno, actualmente el futbolista que más cobra de la plantilla, que no entra en los planes del entrenador y cuyos números en las últimas cuatro temporadas son indignos. Cuánto habría acertado Amedeo Carboni si, en vez de dejar que Mourinho le metiera la goma, hubiera hecho caso a los que con criterio le aconsejaron no hacer ese fichaje. Tendría el Valencia veinte millones de euros más en la caja y un problema menos, tal puede llegar a ser la trascendencia de la decisión equivocada de un director deportivo. Importante para el VCF sería igualmente empaquetar a Manuel Fernandes, Miguel y Hugo Viana con destino a Portugal. Que entrase una oferta de 3,5 del gusto de Marchena o, en su defecto, por Maduro. Que alguien se llevara aunque fuera a peso todos los restos del naufragio del filial descendido a tercera. Quedan, pues, muchas ventas importantes por hacer y entre ellas no está prevista la de Mata. Y no, no parece que Mourinho vaya a tener la tentación de repescar a Del Horno para el Madrid, ni siquiera de volver a intentarlo con Manuel Fernandes como el pasado invierno, cuando estaba en el Inter. Si lo que se dice tonto no es.