En los últimos 20 años hemos visto al Valencia CF hacerse grande en Europa, llegar a dos finales de la Liga de Campeones, ganar la UEFA, la Supercopa, pero cronológicamente aquella fue la primera debacle europea que vivimos en SUPER. En la portada el día después, una captura de imagen televisiva en la que Fernando Gómez abandona el terreno de juego con una herida en la cabeza y otra más grande en el alma. Ese partido en Karlsruhe, que milagrosamente contamos sin enviados especiales y prácticamente sin imágenes del mismo „eran tiempos también difíciles„ quedó grabado en la memoria de una generación de valencianistas que hoy lo recordarán como una derrota muy dolorosa que cambió la historia del Valencia. Aquel equipo tenía calidad, tenía gol, pero le faltaba alma, ambición. Nada tiene que ver lo de hoy con aquel partido jugado el 2 de noviembre de 1993, pero también es casualidad que el Valencia de Djukic, el que quiere volver a pelear con los grandes y por los títulos, arranque precisamente allí donde este club pasó una de las peores experiencias en tres cuartos de siglo. De allí, de Karlsruhe, ha de salir también otro Valencia, y aunque a estas alturas los resultados no son tan relevantes, que sea mejor con una victoria y sobre todo con pinceladas de ese fútbol y ese equipo que ansiamos ver.

Mercado

Jonas, Oriol Romeu, Éver Banega y Soso Feghouli ya están en Alemania. Con ellos, Djukic tiene materia prima para hacer realidad su deseo y hacer que el equipo vuelva a sentirse protagonista, a competir por metas importantes. Solo le falta Soldado, pero falta todavía un mes de que empiece la Liga, algunas semanas más para que se cierre el mercado y el Valencia sigue necesitando sacar dos o tres jugadores para hacer caja. Parece que Valdez será uno de ellos en los próximos días, aunque esa salida cambiará poco las cosas. Sí lo haría una buena oferta por Banega, por Rami o por Feghouli, o que alguien venga a pagar la cláusula de Soldado. Atentos.

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