La lógica aplastante de lo que funciona

Djukic tiene dos caminos. Puede insistir en el error hasta que lo echen, y no quieren echarlo, o pasarse a la lógica de Getafe y avanzar en esta fórmula, que es la que le llevará a encontrar una solución de estabilidad para el equipo. Igual está incluso a tiempo, aunque se ha perdido mucho. Por la razón que sea „económica o inguinal„ Salvo intentará mantener al entrenador mientras pueda, porque si no hay una reacción sólida y el equipo vuelve a perder partidos llegará el día que no habrá más opción. No es tan difícil, de hecho esta es la fórmula que funcionaba cuando él llegó, la que da fluidez y seguridad al equipo, la que da confianza, por eso nadie entiende por qué está tardando tanto en hacerla suya y ha esperado a estar prácticamente en la calle para poner a Parejo y Banega en el medio, con tres por delante que corren, se mueven, presionan y dan mucho por el saco. Aquí no se trata de si ayer éramos muy malos y hoy unos fenómenos, sino de sacar el mejor rendimiento futbolístico, físico y anímico a los jugadores que hay. Y habrá que cambiar más cosas que un triple pivote. La Liga es muy larga y suele dar margen para recuperar errores, pero por lo general al final siempre se acaban echando de menos esos puntos que un día se dejaron ir de mala manera. Getafe es, de momento, una isla. El triunfo tiene mucho para leer entre líneas, pero de momento sólo garantiza tres puntazos que nadie le va a quitar ya al Valencia y que el entrenador sigue unos partidos más. Mientras, los hay que se aburren y ya empiezan a trazar una línea que divide a los auténticos valencianistas de los anti-Djukic, no les llega el entendimiento para ver que aquí, en Valencia, nadie es anti-Djukic.