Hay un equipo y un estadio ambos por construir, pero esto no va a ser fácil. El presidente del Valencia dedicó la mañana a presentar un proyecto para el que está lejos de tener el dinero necesario, aunque quizá no haya ahora mismo otra manera humana de reactivarlo y vender el pastel a algún inversor o inversores. También se puso el traje de bombero para apagar algún fuego en el vestuario, que también hace falta, pero detrás de la foto con Djukic, de sus palabras apelando al discurso del aquí paz y después gloria y también de esa nueva maqueta del Nou Mestalla tendrá que haber algo más, porque la gloria en el fútbol la dan los resultados, los deportivos, y eso es precisamente lo que está fallando. Lo que sorprende es lo poco que se ha hecho hasta ahora para cambiar esa dinámica más allá de ratificar al entrenador una y otra vez, o eso es lo que parece. Si no es así, esperemos que en breve Amadeo Salvo nos lo cuente. Por cierto, la tarde la dedicó a Rufete. El futuro está en marcha.

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