El valencianismo respiró profundamente con el gol de Negredo al Sevilla y hacía falta después de todo lo que ha pasado en los últimos meses, pero hay en el ambiente cierta sensación de que esto se ha acabado y eso es inexacto. Ayuda el hecho de que, en el peor de los casos, el Valencia seguirá con ocho puntos sobre el descenso a falta de disputarse solo quince, pero más allá de conseguir esos poquísimos puntos que aún podría necesitar, ¿qué otra cosa le queda por hacer a este Valencia más que dar a sus aficionados una alegría como ganar en el Camp Nou o dentro de unas semanas en el Bernabéu? Es lo que pueden hacer ellos por acabar con una sonrisa esta temporada de espanto, para todo lo demás que tiene que pasar esperamos con gran expectación „y para qué engañarnos, con inquietud„ las decisiones del propietario. Hay indicios de que el enfoque en la planificación deportiva ha cambiado, eso significaría que la derrota también enseña cosas, como decía Luis Enrique después de perder el Clásico con el Madrid. Aunque a ellos lo que les ha enseñado de momento es que eran capaces de perder dos partidos más.

El 7-0 es pasado pero tampoco está tan lejos, en el fondo estos jugadores han de tener ese punto de orgullo, esa espina clavada, esa categoría para salir ante el Barça y vengar aquella humillación. Ha querido el destino que hoy la presión la tengan ellos pero no es momento de bajar la guardia, sino todo lo contrario. Darlo todo, si se pone a tiro tocarle la cara al líder y volver a llenar el miércoles Mestalla para la visita del Eibar.

Tiene el equipo de Ayestaran muchos aliados en esta batalla del Camp Nou aunque no todos son de fiar. Hoy todos los medios madridistas y madrileños van con el Valencia, pero no nos confundamos, van contra el Barça, van con el Real Madrid y el Atlético, no con el Valencia.

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