Con el aclarado del último verano ha acabado siendo titular en la delantera del Valencia el que en las últimas temporadas era suplente primero de Alcácer y después de Negredo. Con eso está casi todo dicho y más cuando hablamos de un equipo que ya no sería capaz de recordar la última vez que dejó su propia portería a cero. Empieza a importar más bien poco si el responsable de no traer un delantero en el mes de agosto fue Ayestaran, García Pitarch o directamente órdenes de Singapur, porque si el objetivo era apostar por Rodrigo para recuperar su valor en el mercado, la estrategia va camino del fracaso y lo peor es que lo hará arrastrando al equipo, al proyecto y veremos qué más se lleva por delante.

Son siete derrotas en once jornadas de la Liga, uno de los epores balances que se recuerdan a estas alturas en la historia de este club, números que no conducen a otra cosa que a segunda división y, ojo, dando gracias por las dos victorias que aportó Voro. Si como dice la presidenta todavía tienen que sentarse a decidir los refuerzos para el mercado de enero, con permiso de la autoridad comunitaria o no, más vale que lo hagan hoy mismo porque después vendrán las prisas y los lamentos.

Con todo lo que tuvo que escuchar en la Junta viajaba Layhoon acompañada de todo su séquito a Vigo con la esperanza de que los chicos le dieran una alegría, un poco de oxígeno para recuperar el color de cara, pero nada de nada. Los ánimos siguen muy encendidos y con razón, mucho más después de escuchar que para uno de los líderes del equipo el Valencia hizo algo así como "un gran partido". Parejo, la sensación es que lo dices sin haberlo meditado lo más mínimo porque te pillaron a pie de campo, pero aun así la cosa tiene delito. A eso en mi pueblo lo llaman querer apagar el fuego con gasolina. Y no suele traer nada bueno.

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