Mateu Alemany -o Alemani- explicaba que el Valencia CF está obligado a tener un equipo que compita por todo independientemente de que el presupuesto sea de setenta, de cien o de doscientos millones. Lo hacía en una entrevista que concedió a SUPER el pasado 20 de abril, hace apenas un mes y medio aunque en el fútbol y metidos ya en pleno mercado de verano es mucho tiempo. La reflexión es obvia, la Liga está llena de ejemplos de clubes que han hecho las cosas bien con menos dinero del que gasta el Valencia para no pasar del puesto 12, como ha hecho en los últimos dos años. Lo interesante de la misma es algo que no se ve en el papel, hay que estar delante para apreciar el detalle. Es el gesto que, sin mirar atrás, dirige con el dedo a lo que tiene precisamente detrás, que es un panel en negro en el que están impresos en blanco todos los títulos del Valencia CF. Esto, y no es otra cosa que la historia, es lo que obliga a todos los que están ahí a darlo todo para recuperar ese espíritu y ese equipo que vuelva a pelear por ganar títulos.

Alemany, que presume de haber trabajado a lo largo de su carrera solo para dos clubes, el Mallorca y el Valencia, al menos eso lo tiene claro desde el primer día en que resultó elegido. Luego, hay otras cosas que poco a poco irá viendo. Una de ellas es la fuerza de la afición. Sobra decir que en Mallorca nunca tuvo oportunidad de ver a más de mil aficionados unidos para celebrar que comparten los mismos colores, sobre todo después de una temporada como la que vivimos y sin más fichajes que el de Marcelino para levantar la moral. Ellos, esta afición, también obliga a darlo todo para hacer ese equipo que vuelva a competir y emocionar a la gente.

Y esa misma afición es la que hoy le está pidiendo a través der SUPER que haga lo posible y lo imposible para darle a Marcelino las armas que necesita. O sea, un equipo a la altura de su afición y a la altura de lo que representa ese panel negro con la historia del Valencia CF impresa en letras blancas.

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