Ha hablado Marcelino del asunto Simone Zaza con ese temple que le caracteriza fuera del terreno de juego, porque luego en el escenario de los partidos se transforma. No se le puede ir nada de las manos por lo ocurrido en el Derbi, por su experiencia en los banquillos y porque no tiene futbolistas en la plantilla capaces de montar un incendio imposible de controlar. Podía haber evitado aquella respuesta tan clara y directa cuando le preguntaron si visto el partido volvería a tomar la decisión de dejar fuera al italiano, pero quizá habría quedado mal con el resto del equipo y eso a la larga sí puede ser un problema. A Zaza le toca hablar hoy, lo mismo si el entrenador lo pone noventa minutos como si le da los últimos veinte. Y él sabe perfectamente cómo.

Hay que ganar este partido. Venimos de donde venimos, eso lo tenemos muy claro y presente, pero en realidad ganar es bastante más urgente de lo que parece para saber a dónde vamos. Y en esa misma línea es evidente que para ganar hay que hacer más goles, aunque hay otra cosa que no conviene olvidar. Antes que nada, las porterías de Mestalla tienen que seguir siendo muy muy pequeñas para el rival, sea el que sea. Un gol en cuatro partidos lleva el Málaga.

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