En el SUPER que tiene usted en sus manos hay datos y argumentos suficientes para que el aficionado preocupado con la marcha de su Valencia, el que escucha eso de que los equipos de Marcelino bajan su rendimiento en las segundas vueltas, pueda estar más tranquilo y convencido de que eso no va a ser así, dormir con la confianza de que este equipo va a competir y pelear por la Liga de Campeones si fuera necesario hasta el final y con todas las garantías. En cualquier caso, vaya por delante que estaría muy bien igualar o mejorar esos 40 puntos en la segunda vuelta, aunque siendo prácticos nos da un poco igual si hace un punto más o cuatro puntos menos porque lo realmente importante es conseguir como sea el objetivo de la Champions. Esa es presión y la exigencia que tiene Marcelino por estar por primera vez en su carrera al mando de un club de esta dimensión.

Luego está Muñiz. Un gran partido con el Real Madrid, la buena imagen en el Derbi... Se han tenido que dar una serie de circunstancias para que siga siendo hoy entrenador del Levante UD después de doce jornadas sin ganar en La Liga. Está muy bien que el presidente salga con la idea de transmitir tranquilidad si lo que han decidido es darle al menos siete días y tres partidos, Betis, Alavés y Espanyol, aunque no lo conseguirá diciendo cosas como que «estamos en el camino correcto de trabajo». No se lo cree ni él y, si se lo cree, más preocupante todavía. La opinión generalizada es que algo no se habrá hecho del todo bien y no solo el entrenador.

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