No tiene más que darse un paseo por las redes el señor Peter Lim para, ayudándose de un traductor como el de Google, comprobar lo que significa el Valencia CF para tanta gente que ha ido dejando sus mensajes de felicitación por el 99 aniversario de la entidad. Así entenderá también el por qué de tan feroces críticas cuando las cosas iban mal, porque una cosa es perder cuando la gente ha entendido que hiciste todo lo posible por tener un gran equipo para ganar, y otra muy distinta intentar que la gente trague con que es lo mismo jugar con Otamendi que con Aderllan Santos. Se va a cumplir un año desde que el proyecto de Singapur dio un giro decisivo primero con el fichaje de Mateu Alemany, al que siguió la dimisión diferida de Layhoon Chan, unos meses que le habrán dado al máximo accionista información más que suficiente para saber qué es lo que se puede hacer y lo que no desde su posición de propietario de un club de fútbol que pretende competir en la élite.

La apuesta por Kondogbia es un dato muy significativo. El pasado verano Peter Lim confió toda la responsabilidad y las decisiones deportivas a Marcelino y al propio Mateu, empezando por la elección del entrenador. En realidad, y dada la debilidad de Meriton entonces, se podía interpretar que lo hizo porque no tenía más remedio ni tampoco una alternativa convincente, en vista del lío que tenía montado por sus errores en los dos años precedentes. La prueba del algodón viene ahora, cuando el equipo y el club se han estabilizado, el regreso a la Champions es casi un hecho y hay que empezar a tomar decisiones trascendentes. ¿Quién las va a tomar? ¿Seguirá Lim confiando plenamente en el criterio que Marcelino y Mateu han acreditado con resultados o volverá a tirar por la calle de enmedio? La duda queda resuelta en gran parte con el asunto Kondogbia, después de que el máximo accionista haya decidido en el sentido que le han puesto sobre la mesa sus principales ejecutivos. Que así sea. Hoy cualquiera ficharía al francés, la verdadera apuesta es ficharlo pero además para que se quede y sea uno de los líderes del futuro Valencia CF como ya lo es ahora, porque la tentación de vender es y va a ser grande. Este es el camino para celebrar al Centenario -recordemos, marzo de 2019- jugando la Champions, que significa haber llegado cuanto menos a cuartos de final. Por ambición que no quede, después el balón dirá.

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