Hubo un tiempo en que la solución a los problemas del Valencia CF pasaba por darles patadas hacia adelante y alguien vendría a solucionarlos, aunque ese alguien fuera el bolsillo de todos los valencianos. Si había que cometer ilegalidades, pues adelante también con ello, y otra vez que paguen los que vengan después. Así es como ha llegado esta entidad al punto en que se encuentra, cuando la moda ya no es criticar el hecho de que el club ha tenido que ser vendido a un señor de Singapur sino instar a ese señor a que ponga el dinero para solucionar los desmanes de los grandes gestores que hubo en el Valencia CF -grandes en base a la generosidad con que se asignaban sus sueldos- y eso por no hablar de la Fundación.

Pues nada, ha llegado el momento en que los gestores que tiene ahora el Valencia CF ya no pueden -ni quieren- seguir mirando para otro sitio mientras los enanos crecen generando intereses multimillonarios.

Todo empezó cuando, ante el asombro de todo el personal del ayuntamiento de la ciudad, desde los bedeles hasta la propia alcaldesa que en paz descanse, asistieron atónitos a la entrada de alguien que por primera vez en decenios cruzaba la puerta de la Casa Consistorial con la intención de pagar. Pero pagar de verdad, con el primer cheque en la mano. Ahora viene la sanción de la Comisión Europea que, de una manera u otra, más, menos, antes o después, habrá que ir apoquinando.

¿Y cómo? Pues por primera vez el plan del Valencia CF es pagar y que sea el club el que genere todos esos recursos para saldar sus cuentas. Fácil desde luego no es porque, a la vez, es absolutamente prioritario mantener un equipo competitivo que ilusione a la gente, pero todo empieza y acaba en una palabra mágica que a partir de ahora lo va a ser todavía más: Champions.

En el momento en que el Valencia CF ratifique su presencia en la próxima Champions League, en la que la UEFA ha aumentado de manera considerable el dinero que percibirán los clubes que participenUEFA, seremos de verdad conscientes de la importancia que van a tener este entrenador, estos jugadores y quien los haya elegido en la historia de este club que acaricia ya su centenario. A menos de dos meses de que acabe la temporada, ahora ya sabemos cuál era el único objetivo posible para hacer posible un Valencia CF grande, la Champions o la vida, un reto tan vital para la entidad que se entiende la cautela con que se ha llevado desde el primer día.