El Valencia CF está a un paso de rematar una temporada buena en la que volverá a la Champions, de la que nunca debió salir, aunque eso no quita que el día del Getafe dejara cierta decepción por el partido que hizo el día en que podía regalarle esa clasificación a sus aficionados, en Mestalla y con el dueño presente. Un error de confianza o de estrategia, pero el fútbol casi siempre da esa segunda oportunidad y esa llega el domingo frente al Eibar. Cómo habrá visto el clima Marcelino de cara a ese partido que hasta ha permitido un exceso de grasas en la comida de este jueves, algo insólito tratándose de un asturiano que la fabada acostumbra a verla solo en fotografía. Ellos saben que no pueden volver a fallar y actuarán en consecuencia, falta que el partido salga como esperamos y todo acabe en una fiesta. Porque sí, ser cuartos esta temporada es algo que hay que celebrar. Es más, hay que valorar mucho lo conseguido aunque solo sea por una simple razón: ser quintos habría sido un drama. El club necesita la Liga de Campeones, necesita volver a la Champions deportiva y por supuesto económica, esos ingresos de la UEFA son los que hacen posible que se quede Kondogbia, que el club se haga fuerte ante las ofertas para vender, que haya opciones reales de fichar a Guedes. Para un club con la estructura y la afición del Valencia CF, tres o cuatro años sin Champions es casi como bajar a segunda división. Así es como hay que plantearlo y ahí es donde está el tremendo mérito del proyecto que han desarrollado Mateu Alemany y Marcelino. Ellos, aunque de cara al exterior tenían otro discurso más moderado, sabían desde el primer día que todo pasaba por estar entre los cuatro primeros, arriesgaron para hacer un equipo capaz de conseguirlo y han acertado.El Levante se queda

Aunque para fiesta la del Ciutat, porque el Levante con paco López dejó vista para sentencia su continuidad en primera división con un partidazo en el nuevo San Mamés pero queda celebrarlo ante la afición, que tan malos ratos ha vivido esta temporada cuando parecía que todo se iba al traste. Si es ganando al Sevilla, genial. Si es empatando, pues nada, una alegría igualmente. Y si no, tranquilidad porque otro día será. Pensar que el Depor va a ganar algún partido de los que le quedan es realmente atrevido, que se lo digan a Seedorf.

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