Cuando João Cancelo llegó a València se puede decir que no era nadie, uno más de una generación de jóvenes con muchas condiciones para llegar a ser grandes futbolista de verdad. Si no recuerdo mal, su bagaje se limitaba a un partido en la primera división portuguesa con el Benfica. Lim le echó el ojo a él, a André Gomesy a otro más, Bernardo Silva, lástima que este se lo acabó llevando el Mónaco porque es una delicia verlo jugar.

En su primera temporada, pese a que Nuno estaba plenamente entregado a la causa Lim-Mendes, Cancelo fue suplente de Barragán, lo que nos llevó a todos a considerar que pagar aquellos 15 millones de la opción de compra era una barbaridad, para algunos hasta motivo de sospecha. El tiempo ha dado y sobre todo quitado razones, porque Cancelo, que acaba de cumplir 24 años, ha demostrado que está capacitado para jugar en el Valencia CF, en el Inter de Milán y anoche era recibido por la Juventus -ojo, la Juventus de Turín, la Vecchia Signora, el club que ha ganado los últimos siete Scudettos de manera consecutiva- como un auténtico crack.

El Valencia CF, mientras, se consuela con haber conseguido lo más parecido a la operación de venta deseada y necesaria, el club no tuvo más remedio que sacarlo el pasado verano y, mientras no se demuestre lo contrario, su venta ahora era inevitable. Siempre nos quedará la duda de qué habría sido de Joao Cancelo jugando una temporada completa a las órdenes de Marcelino y por cuánto se habría llegado a vender.

Argentina

Toda la parroquia argentina repartida por el mundo vivió un día grande con la agónica clasificación de la Albiceleste para octavos en Rusia, un partido dramático de los que hacen vibrar a todo un país. Allí se celebró como si ya hubieran ganado el Mundial, es exagerado pero ellos son así en la victoria y la derrota. La nota negativa la ponía una vez más Maradona, pésimo ejemplo para la juventud.