Nani no cuenta para Marcelino y el Valencia CF digamos que se lo quiere quitar de encima, hablando de manera vulgar, pero ojo que aquí Nani no es el malo de la película ni es Aderlan Santos. El portugués era una estrella cuando el Valencia fue a ficharlo, campeón de Europa, y tiene contrato por un año más. Él es el primero que ha entendido la situación y, como el verano pasado, no desea estar donde no lo quieren, otra cosa es que tampoco se va a marchar a jugar a cualquier parte ni a dejar de cobrar lo que tiene firmado.

Al final, es uno más de esos casos que han llevado al club a una situación complicada, jugadores que han costado mucho o bien que cobran mucho, y en algunos casos ambas cosas, que el Valencia CF se ve obligado a acabar regalando. Ni qué decir que para el jugador y para Marcelino no sería una plato agradable tenerse que encontrar cara a cara la próxima semana en la ciudad deportiva, por eso la irrupción del Sporting de Portugal, quizá el mejor equipo al que podría ir Nani y la mejor solución que se le va a aparecer al Valencia CF.

Al final, un fichaje más que, sin ser una operación tan desastrosa como las de Negredo o Enzo Pérez, resulta mal y genera pérdidas. Así es como llegó este club a una situación que parecía no tener retorno y que a día de hoy se puede decir que está salvada a pesar de ese déficit del que habla Mateu, que no se ha podido eliminar pese a la gran venta de Cancelo a la Juventus. No le demos más vueltas, la próxima venta importante va a ser salvo sorpresa la de Zaza A Mateu Alemany, además de su trabajo, hay que agradecerle su ambición y su capacidad para transformar los problemas en soluciones. Es decir, hacer que la necesidad de vender jugadores sea el deseo de fichar más jugadores, que ir al mercado con poco dinero parezca una oportunidad más que un inconveniente.

Si acaba saliendo Nani en las próximas horas, a Marcelino le habrán hecho ya la parte más importante del barrido en la plantilla con las salidas del portugués y Bakkali además de Nacho Gil y Nacho Vidal No cuento en esa limpieza a Cancelo, al que el entrenador se habría quedado con mucho gusto aunque ya sabía desde el pasado verano que eso no solo era imposible, sino más bien lo siguiente.