El fichaje de Gonçalo Guedes se ha estancado de una manera evidente, ni va adelante ni tampoco hacia atrás, Alemany dice que la cosa se puede demorar hasta final de agosto aunque Murthy aseguraba días atrás que el Valencia CF tampoco lo podía esperar eternamente. Entre las dos versiones me quedaría con la del presidente por una razón fundamental que voy a transformar en pregunta: ¿Puede el Valencia CF dejar el fichaje de un futbolista tan importante al azar de que se pueda cerrar -o no- en las últimas horas de mercado? Lo lógico es pensar que no. Una cosa era el verano pasado, cuando llegaba un futbolista de 20 años cuyo protagonismo en el equipo era imprevisible, una incógnita. Una apuesta o un experimento. Hoy, el crecimiento de Guedes hace que no sea un refuerzo más que puede venir o no, es una de las bases del proyecto Champions y con eso no se puede jugar a la ruleta. Mucho antes del 31 de agosto el club ha de tomar la decisión de fichar o no un futbolista importante en esa posición, es decir, esperar a Guedes o no. Así de fácil o difícil.

Miedo

Cómo encajaría la inversión en este futbolista -recordemos que serían unos 40 millones de euros aunque a pagar en varios años- en el panorama financiero que expuso días atrás Mateu es algo complicado de imaginar, pero claro lo han de tener porque, al menos que se sepa, la oferta por el portugués no se ha retirado. Lo que hay son algunas circunstancias que han enfriado la operación Gonçalo Guedes. Una es el miedo del propio PSG a deshacerse de un futbolista tan especial, que si la próxima temporada explota definitivamente les va a pintar la cara. Él quiere que lo vendan al Valencia CF y el Valencia CF no va a dar más de lo que ya ha ofrecido.

Mendes

La otra razón es, aunque pueda parecer una broma, Cristiano Ronaldo. Parte de la 'culpa' de este frenazo tiene que ver con la operación que se está fraguando entre Jorge Mendes y la Juventus para sacar del Real Madrid al portugués, eso por no decir que el auténtico culpable es una vez más Florentino Pérez. Imaginamos al súper agente colgado las 24 horas del día al teléfono y prácticamente sin tiempo para asuntos 'menores' como el de Guedes.

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