Ayer se cumplía un año del primer entrenamiento de Marcelino con el Valencia CF, el día que el asturiano sorprendía concentrando a los futbolistas en Paterna entre las ocho de la mañana y las nueve de la noche, algo que ni los más viejos de la ciudad deportiva y alrededores recordaban haber visto jamás. Un Marcelino que está a punto de aterrizar de nuevo, un año más maduro, pero con el mismo plan de acción en la mente. Si cabe con más exigencia todavía porque la temporada que se avecina, y valga la redundancia, va a exigir mucho más a todos. El entrenador, que hace un año llegó a ponerse nervioso porque no había fichajes y para colmo los descartes no acababan de salir, viene bastante satisfecho por cómo han evolucionado las cosas este verano. Los movimientos que se han producido le permitirán empezar a trabajar con un grupo bastante más parecido que entonces a lo que será la plantilla final, cuando por ejemplo Cancelo y Medrán disputaron el primer partido de La Liga pero no estaban todavía, Murillo, Gabriel, Kondogbia, Guedes y Pereira. Casi nada. Aunque obviamente a falta de algunas piezas importantes. Al margen de Kondogbia, que es un fichaje pero en definitiva ya lo teníamos la temporada pasada aunque fuera prestado, el Valencia CF ha presentado dos fichajes (Racic y Diakhaby), si no pasa nada anunciará dos más esta semana (Wass y Gameiro).

Ahora es cuando empezaremos a valorar en su justa medida la decisión que en su día adoptó la UEFA de eliminar el play-off que debía superar hasta ahora en pleno mes de agosto el cuarto clasificado de LaLiga para alcanzar la fase de grupos. Con el panorama financiero que describía Mateu Alemany días atrás, no quiero ni pensar lo que sería ahora mismo la planificación de la plantilla sin la seguridad de jugar la Champions y de ingresar una cantidad extraordinaria que puede superar los cuarenta o cincuenta millones de euros. Ni la presión y el estado de nervios que supondría tener que jugarse todo ese dineral y toda la ilusión de estar en la Champions a doble partido vete tú a saber contra qué equipo. Ni cuánto habría que arriesgar de más para hacer un equipo con plenas garantías para disputar esa eliminatoria previa que, por cierto, el Valencia CF siempre superó a lo largo de su historia.

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