Esto no ha hecho más que empezar y el reciente Derbi demuestra que aquí hay dos equipos que con cuatro ajustes van a ganar muchos partidos y dar muchas alegrías a sus aficionados esta temporada. El Levante es feliz con sus cuatro puntos. Aunque nada ha sido a continuación como la exhibición de la noche del Betis, cuatro puntos después de medirse a tres equipos que sobre el papel -y solo sobre el papel- han de estar por delante es una buena renta. No lo es tanto el Valencia CF. El equipo sin los refuerzos de Gameiro, Batshuayi y Guedes dejó tan buenas sensaciones en pretemporada, corroboradas después en el partido con el Atlético de Madrid, que los dos puntos en estas tres primeras jornadas dejan a más de uno con cara de póker. Lógico cuando las expectativas son tan altas como necesariamente tienen que ser pero los resultados no vienen en consecuencia. Si el equipo de Marcelino no tiene ahora mismo mínimo seis puntos, damos por perdido lo de Cornellà por incomparecencia al menos en la mitad de ese partido, el Valencia CF tuvo dos claras ocasiones para rematar al Atlético en Mestalla y algunas más para llevarse el Derbi del Ciutat. El objetivo de volver a pelear por la Champions y la proximidad de la Juventus requiere agilizar esos ajustes y empezar a ser el equipo tal como se ha diseñado a lo largo de los últimos meses: tan sólido o más que la temporada pasada en defensa y mucho más letal en ataque. Gameiro o Rodrigo no van a fallar siempre y esos balones empezarán a entrar, así empezó todo hace un año y ahora con más motivo.

Más opiniones de Julián Montoro.