No es fácil gestionar la frustración de la gente, que para nada esperaba algo así de su equipo en este inicio de temporada. No ya por el partido de la Juve, que también, sino por la acumulación de malos resultadossin que se aprecie una posible solución más allá de recuperar al cien por cien a determinados jugadores cuya incidencia en el juego colectivo es decisiva. Hace unos pocos años vivimos una situación similar que el entonces entrenador, siempre brillante Quique Sánchez Flores para resumir en una sola expresión situaciones y argumentos a menudo complejos, definió con esta frase: «se nos paró el reloj».

El reloj tiene arreglo, de eso creo que nadie duda. No es mal punto de partida huír de un catastrofismo que tampoco nos va a aportar nada a estas alturas, cuando usted y yo y la mayoría pensamos que con Guedes, Kondogbia, Garay, Parejo, Coquelin o GuedesGarayParejoCoquelinBatshuayien plenas condiciones la historia será distinta. De Marcelino, en este caso el relojero, depende ahora ponerlo de nuevo en marcha, ajustar bien las piezas para que el Valencia CFvuelva a funcionar como un equipo, con el estilo y el sacrificio que hasta hace muy poco lo hicieron temible, intenso, ganador. Como un reloj.