Para un equipo que viene de hacer una buena temporada y se pasa medio verano escuchando la gran plantilla que se está haciendo para celebrar el Centenario y lo magníficos que son todos, el riesgo es creerse que podrá ganar determinados partidos sin bajarse del autobús o sin dar siempre el cien por cien. Por si acaso el problema o una parte del problema en este inicio de temporada ha sido ese, a estas alturas ha acumulado ya argumentos suficientes para saber que las cosas no van a ser así.Que, a poco que te dejas ir, llevas siete partidos sin ganar lo mismo que hace un año eras capaz de ganar ocho seguidos por todo lo contrario: humildad, sacrificio, determinación. Ni el Manchester gana partidos solo con el escudo si sus jugadores no van, como hemos visto, y mucho menos el Valencia CF, cuya fortaleza se ha forjado desde la máxima exigencia y necesita cada partido lo mejor de todos sus futbolistas. Esto no es algo que los jugadores decidan de una manera consciente, simplemente pasa porque al final además de deportistas súper profesionales son personas que pueden tener un bajón.

Tiene pinta que todos estos partidos sin ganar que han llevado al equipo a una situación excepcionalmente inesperada pueden acabar siendo una enseñanza única para entender qué valores son los que les van a llevar al éxito y por dónde va el camino hacia el fracaso que hay que evitar. Esto no ha hecho más que empezar y, todavía con mucho margen de mejora y eso tampoco es mala noticia, se empieza a ver el equipo que realmente hay.

Más opiniones de Julián Montoro.