Gonçalo Guedes se pasó más de nueve meses haciendo todo lo que estaba en sus manos para venir, llegó a plantarse y a resistir el acoso de todo un París Saint-Germain -uno de los clubes más poderosos e influyentes del mundo- para que lo traspasara al Valencia CF. Sabía desde el principio de la historia cuál era el precio que Peter Lim iba a pagar por él, así que no le va a poder la presión, ni por los 40 millones ni por lo mucho que la recuperación del equipo va a depender de su fútbol. No es una situación nueva, la temporada pasada, cuando solo era un recién llegado, los compañeros ya lo buscaban cuando no sabían qué hacer con el balón. Y él siempre estaba ahí. No le va a poder la responsabilidad ni el peso por lo que el Valencia CF ha apostado por él. Tiene todavía 21 años y este es ya el segundo gran traspaso de su carrera, porque el PSG ya puso en su día 30 millones de euros para sacarlo del Benfica. Lo único que necesita es estar bien físicamente y que el equipo funcione como bloque para sacar lo mejor de sí mismo, dos cosas que de momento no se han dado.

Por eso, llegamos al mes de noviembre y el Valencia CF apenas ha podido disfrutar todavía de su fichaje estrella. Por diferentes razones, primero las circunstancias que rodearon su llegada y después la lesión, seguimos esperando a Guedes. Recuperarlo es clave porque futbolísticamente hablando tiene casi todas las cosas que le están faltando al equipo, velocidad, contraataque, uno contra uno, desborde, asistencias y, bueno, se puede decir que también gol aunque es lo que más tiene que mejorar, pero sobre todo recuperarlo bien. Es un futbolista tan explosivo que pone al límite la resistencia de los tejidos, si tiene que jugar veinte minutos, que no juegue setenta.

Lástima de aquella acción en Mestalla con Coutinho, si no llega a caer lesionado cuando solo se habían jugado ocho minutos del partido, en los que el Valencia estaba destrozando literalmente al FC Barcelona, igual ahora mismo estaríamos hablando de una situación bastante diferente. Podría ser digamos la excusa perfecta, hace ahora un año Guedes era la auténtica sensación de La Liga en un equipo que se ventilaba uno a uno a todos sus rivales, aunque cuando un equipo solo gana dos partidos de catorce nunca es por un solo jugador.

Más opiniones de Julián Montoro.