El Valencia CF se ha puesto en marcha ante la más que probable necesidad de reforzar el equipo el próximo mes de enero, lo hizo el año pasado cuando era tercero en la clasificación en el mes de diciembre y con más motivo ahora que se encuentra mucho más atrás y está obligado a remontar para acercarse a la lucha por sus objetivos. Hace algunas semanas escribí que la postura del club respecto al mercado de invierno era apretarle las tuercas al entrenador, que es quien había decidido las líneas principales de esta plantilla, para mejorar el rendimiento y los resultados, y no fichar como primera opción. Si acaso alguna apuesta de futuro si surge la oportunidad, que surgirá. Básicamente esa premisa se mantiene, con la única diferencia de que a estas alturas la expectativa se situaba en tener al equipo más cerca del Atlético y el Sevilla que del Leganés y el Rayo. O estar a una victoria de superar la fase de grupos de la Champions y no a dos.

Eso, evidentemente, puede cambiar el planteamiento. De hecho, se puede decir que habrá cambios en enero si determinados futbolistas no reaccionan y entran en la dinámica y en las alineaciones de Marcelino. Aunque la idea principal sigue siendo que, antes de tomar una decisión definitiva sobre qué quieren y qué pueden hacer en el mercado, el Valencia CF quiere ver antes una reacción más contundente por parte del equipo. Estamos en el camino, los dos últimos partidos han mostrado un equipo muy metido en faena y comprometido, pero no está ni mucho menos conseguido.

Más artículos de opinión de Julián Montoro, aquí.