El Valencia CF se va de la Champions posiblemente con su mejor partido de la serie, teniendo en cuenta el rival, el marcador y lo visto sobre el campo, aunque también es verdad que el listón no estaba muy alto. Mientras el equipo de Marcelino, después del golpe de realidad del estreno en Mestalla, dejaba pasar todas sus oportunidades para recuperarse, el Manchester estando igual de mal hizo lo que tenía que hacer que era ganar donde había que ganar, en Manchester estando igual de mal hizo lo que tenía que hacer que era ganar Suiza, y sorprender donde nadie lo esperaba, en Turín. Al final el fútbol tiene ese punto de justicia y de crueldad que te echa con ese gol que no debió subir al marcador en Old Trafford porque el jugador se ayuda de la mano para lograr un control orientado casi perfecto, pero siendo realistas era poco menos que un milagro llegar al último partido vivos habiendo ganado solo uno de cinco. Veremos si LaLiga espera a esta reacción diésel del Valencia CF, la Champions desde luego no. Una decepción irse de la Liga de Campeones con tan pobre respuesta y tan escasa resistencia, una sensación de vacío que hoy no llena la Europa League. Ojalá en mayo nos lo hagan ver de otra manera.

Más opiniones de Julián Montoro.