Con la victoria del Athletic el Valencia CF está a cuatro puntos del descenso después de 15 jornadas, que es casi media Liga, y con una situación así es absolutamente normal que se hagan todos los análisis posibles. No es nada descabellado que el propietario pregunte a sus ejecutivos qué está pasando y cuál es la solución que proponen para que el equipo vuelva a dar la talla como lo hizo la pasada temporada, y dentro de esa normalidad está incluido el debate sobre si la solución pudiera pasar por un relevo en el banquillo como acaba de hacer sin ir más lejos el Villarreal. La diferencia entre uno y otro caso es que, a día de hoy, en el Valencia tendría que haber un consenso casi total para que ocurra algo así, y en ese sentido se supone que Alemany, que es en definitiva quien trajo a Marcelino, lo defienda hasta el final siempre y cuando no tenga datos y argumentos para creer que con ello está perjudicando al equipo y a la sociedad.

Él, Mateu, es de hecho la única garantía de que se van a respetar unos tiempos y que si al final no hay más remedio que cambiar será porque el equipo sigue sin ganar partidos por más empeño y soluciones que intente el entrenador. Mientras, miramos también al mercado. Tal como dijimos hace bastantes semanas, delantero y central.

Más opiniones de Julián Montoro.