No es fácil para un entrenador plantear la necesidad de que se vaya en enero un delantero por el que se pasó todo el verano dando la lata, vulgarmente hablando, porque Marcelino fue el principal valedor del fichaje de MarcelinoKevin Gameiro, un jugador que había cumplido ya 31 años por el que además había que pagar un traspaso que para el Valencia CF era importante. No es fácil primero porque es reconocer un error y segundo porque nada le garantiza que el jugador va a tener una oferta que le apetezca, lo que quiere decir que se puede acabar quedando y se lo va a cruzar todos los días.

Lo que ocurre es que a Marcelino, además de enfadado por haber fallado, se le ve muy defraudado con el francés, más que con Batshuayiporque si por algo acabó Gameiro vistiendo la camiseta del Valencia CF es porque se le consideraba una apuesta segura, un jugador con tablas, que conoce la competición y que además le dijo tener muchas ganas de competir todavía. No las ha demostrado y estamos ya rozando el mes de enero, veremos si tiene oportunidad de hacerlo a partir de ahora. Seguro que el jugador tiene gran parte de culpa porque no ha dado el nivel, pero esto el club ha de detectarlo antes.

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