No hacer gol en campo contrario siempre pone cuesta arriba una eliminatoria de Copa. Después, regalas un gol antes de cumplirse el primer minuto y, cuando crees que por fin empiezas a remontar, aparece el VAR y te corta el rollo. No hará falta convencer a nadie de que pasar a semifinales con todo esto sobre los hombros y apenas media hora por delante era un milagro. En el fútbol los hay, aunque hay que desear mucho eso que persigues y sobre todo salir a buscarlo de la manera que lo hizo este equipo. Si había alguien en el Valencia CF, desde luego no eran los jugadores ni tampoco Marcelino, visto lo visto. Puede que ganar un solo partido de la Champions League reporte más dinero que jugar la final de la Copa, así es como está montado esto, pero es que el fútbol como negocio es una ruina. En cambio, como fábrica de sueños e ilusiones no tiene igual. Mestalla y el equipo necesitaban darse este homenaje, y esto sigue...

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