Hoy poco importa el posible rival para la final porque solo vale rematar en Mestalla la faena iniciada con el empate a dos en Sevilla y ganarse el derecho a estar allí el próximo 25 de mayo, pero las finales están para ganarlas y estoy convencido de que el Real Madrid era el preferido para muchos valencianistas por muchas razones. Quedan tres meses para esa final y hasta entonces las cosas pueden cambiar, pueden pasar muchas cosas, pero al menos a día de hoy el de Solari es un equipo bastante más vulnerable que el Barça para meterle mano. Y ellos no tienen a Messi. Y había motras connotaciones que tampoco iban a cambiar, cuentas pendientes, el recuerdo de Kempes y el Calderón... En fin, que sin querer la cabeza se va a donde no debe cuando habíamos dicho que este partido hay que jugarlo con la cabeza y el corazón, pero por ese orden.

Nuestra portada de hoy es la imagen de ese balcón de Mestalla, no por triunfalismo sino porque es donde todos queremos encontrarnos pasadas las once de la noche para celebrar que el Valencia CF vuelve a estar por fin en una final. El camino lo conocemos, sufrir, animar, pelear, controlar las emociones, jugar, correr, sufrir y más sufrir... para al final gritar y disfrutar.

Con todos los respetos al Betis, que desde luego también quiere estar ahí y cree que puede conseguirlo si juega bien sus bazas, al Valencia CF y a su afición ya les toca una alegría y una ilusión como sin duda lo sería volver a esa ciudad en busca de la Copa. Son muchas semifinales perdidas en la última década, algunas de manera cruel e injusta, y algún día la suerte, como diría Marcelino, tiene que cambiar.

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