Abdennour. El nombre del central vuelve a aparecer en la actualidad del Valencia CF como una sombra de ese pasado reciente, un espectro que viene a recordarnos, una vez más, de donde venimos. Aunque también cómo hemos cambiado. El tunecino es el último reducto de una etapa que Mateu Alemany ha liquidado en estos dos últimos años con un coste muy alto, aunque necesario, el último de una serie de fichajes que costaron una auténtica burrada y uno tras otro hubo que ir regalando para sobrevivir. Hoy, dos veranos después de que comenzara la gran limpieza, el Valencia CF está en condiciones de no regalar a ninguno de sus futbolistas, ni los que cuentan ni tampoco los que no cuentan en los planes del entrenador.

Al final, en el fútbol los resultados mandan, el equipo se ha ganadoen este bienio un crédito y todos los futbolistas de la plantilla, incluso los que ni siquiera han llegado a debutar, tienen un precio para todo aquel que los quiera. Eso, evidentemente, también tiene un reflejo en el momento en que el club va al mercado a intentar comprar un jugador. Hoy, el Inter de Milán no le daría tantas facilidades al Valencia CF para llevarse a Kondogbia, por poner un ejemplo claro, por eso va a ser un verano complicado, porque la partida de ajedrez ha subido de nivel y hay que estar a la altura. Mosquea, eso sí, tanto negocio con el FC Barcelona, no tardaremos en averiguar qué es lo que quieren en realidad.

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