Nicolás Otamendi nació en Buenos Aires (Argentina), el Valencia CF lo fichó del Oporto cuando tenía 25 años y llegó un día en que el futbolista recibió ofertas mareantes que le llevaron a tomar la decisión de marcharse, obviamente por dinero. Hasta ahí nada extraño que un tipo que sale de su país hacia Europa tenga como objetivo jugar en los mejores equipos y ganar mucho dinero, y en aquel momento el Manchester City le pagaba más del doble de lo que le podía ofrecer el club de Mestalla. «Me juego mucha plata, míster», le dijo a Nuno Espirito Santo días antes de la fecha del debut oficial en la temporada 14/15, una eliminatoria en la que el Valencia CF se jugaba con el Mónaco estar o no en la Champions League coincidiendo con esos días en que el traspaso del central con dirección a la Premier League estaba a punto de cerrarse.

El jugador, que se había erigido en abanderado de ese Valencia CF que plantaba cara a todos y no se rendía jamás, se marchó feliz con su nuevo contrato, con la posibilidad de jugar en un equipo que además competía para ganar la Champions, cosa que no ha logrado en estos cuatro años, pero a la vez apesadumbrado porque aquí, en solo una temporada, había recuperado su mejor nivel, se había ganado un porestigio y el respeto de los aficionados, pero sobre todo encontrado su hábitat. Por eso, su deseo en aquellos días tan tensos siempre fue intentar hacer las cosas lo mejor posible, que el club saliera lo más beneficiado posible de su venta y salir bien del Valencia CF, porque siempre quiso dejarse las puertas abiertas para algún día volver. Y ese día puede haber llegado. La reacción del valencianismo ante la reacción del valencianismonoticia adelantada este sábado por SUPER, que el recuerdo de su paso por aquí, su carácter y espíritu competitivo están por encima de todas las cosas, que si llega a producirse el feliz acuerdo entre todas las partes, y él quiere que así sea, será recibido con los brazos abiertos.

El Valencia lleva años echando de menos a Otamendi, primero porque su categoría está fuera de duda y segundo porque el club no acertó con el sustituto, que fue nada menos que Abdennour. Curioso, pocas horas después de que el tunecino quedase desvinculado de manera definitiva vuelva a aparecer en el horizonte la imponente figura del General. El eterno retorno.

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