Nunca en estos dos años y pico que lleva en el Valencia CF se había esperado con tanta expectación la llegada de Marcelino, que esta tarde dirigirá el partido frente al Mónaco recién llegado de Singapur. Aunque el interés no se centra tanto en el estreno de la pretemporada, que no deja de ser un primer test, como en la rueda de prensa que ofrecerá posteriormente y que puede ser muy jugosa. Primero porque apenas le hemos escuchado en todo el verano después de las celebraciones por la Copa del Rey y también porque aterriza con todos los asuntos de planificación de la plantilla calentitos pese a las más de 30 horas de vuelo que tanto él como Mateu Alemany y el presidente Anil Murthy se habrán metido en apenas dos días. Sin duda, habría sido bastante más lógico y operativo que Peter Lim se hubiera desplazado con su jet privado hasta la bella suiza, viaje que podía haber aprovechado además para hacer sus compras, chocolate o relojes, no en este caso no futbolistas, pero este club es así.

Consenso

Es cierto que en el Valencia CF, ese es al menos el talante que exige su presidente, se ha implantado un modelo según el cual se busca siempre el consenso en las decisiones importantes, aunque por experiencia muchos sabemos lo que es en realidad consensuar una decisión cuando hay diferentes puntos de vista que pueden ser más o menos compatibles. Quiere decir que hay alguien que tiene que acabar cediendo y, tratándose de perfiles de jugadores o hasta de jugadores en concreto es muy complicado que tres, cuatro o cinco personas se pongan de acuerdo en todo. Luego, hay nombres sobre los que el consenso es más fácil que otros.

Un peldaño más

Ocurre que, por encima de opiniones y discrepancias, el Valencia CF se está moviendo bien en el mercado, conserva lo mejor que tenía y ha mejorado posiciones. Queda mucho por delante pero, con más o menos diferencias de criterio entre ellos, que las puede haber, Mateu y Alemany están en disposición de volverlo a hacer, y tiene pinta que van a mejorar la plantilla y hasta diría que de darle una profundidad y una dimensión que es lo que quizá le ha faltado en estos dos años anteriores para estar un peldaño más arriba. Eso es, en definitiva, lo que les está pidiendo Peter Lim, y para ello les ofrece su apoyo para cuando haya que apostar de verdad.

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