La cosa tiene un punto que recuerda aquella pretemporada de Suiza en la que todo estuvo a punto de saltar por los aires entre Benítez, García Pitarch y Llorente -entonces no había un propietario en el Valencia CF, más allá de Bancaja- y la temporada acabó con el recordado Doblete, con los títulos de Liga y Copa de la UEFA. No cabe duda que toda la tensión de las últimas semanas habrá valido la pena sobre todo si el desenlace final acaba siendo el mismo, aunque eso queda tan lejos y es tan difícil que de momento daremos por bueno el hecho de recuperar la normalidad y que cada uno se dedique a lo suyo. Que no la tranquilidad, porque aquí nadie puede estar tranquilo hasta que lleguen esos fichajes que al menos necesita el equipo para dar de verdad un salto significativo respecto a la temporada anterior. Podemos pensar que hay equipo y faltan solo algunos retoques, cosa que es cierta aunque será siempre en función de la ambición y el objetivo que uno se marque o que a uno le marquen, como suele decir Marcelino. Nunca será lo mismo, y con todos los respetos, traer otro Roncaglia que apostar por Otamendi, ni es la misma ambición ni el mismo objetivo, por mucho que se quiera vestir de otra cosa o hayan otras razones. Y ojo, que Roncaglia llegó en febrero y jugó casi una docena de partidos con el Valencia CF, todos como titular, lo que viene a demostrar que el cuarto central, como el cuarto delantero o el cuarto centrocampista, no puede ser un parche en un equipo que parte con unas aspiraciones que han de ser siempre y a priori las más altas, como se supone en el caso del Valencia CF.

Marcelino

No hay dudas sobre su trabajo y su implicación con el equipo y el proyecto, más allá de que esté o no esté renovado antes de comenzar la temporada y todo apunta a que no. El trabajo de Marcelino para reconducir deportivamente el club está ahí en estos dos años y nadie le ha restado mérito ni importancia más allá de que pueda haber diferencias en diferentes cuestiones, como las hay en todas las empresas. Sus primeras palabras después de la crisis, con ese dardo de la interlocución con el máximo accionista, evidencian que él es el primero que no ha terminado de olvidar, sería cuestión de centrarse en lo importante que es ganar partidos.

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