Como la inmensa mayoría de ustedes no conozco personalmente a Peter Lim, pero sí creo saber bastantes cosas que explicarían el por qué de determinadas decisiones con las que muy a menudo nos sorprende. El máximo accionista del Valencia CF solo escucha a los demás cuando no le queda más remedio, entendiendo por los demás un reducidísimo círculo de personas a las que consulta en determinadas situaciones, tampoco vayamos a pensar que siempre. Un círculo en el que no busquemos, por ejemplo, a Layhoon Chan, la que fue su presidenta de paja, ni a Anil Murthy me atrevería a decir. Además, cuando hay algo que cree tener claro y ha tomado una decisión, hacerle cambiar resulta misión imposible hasta para esos pocos elegidos. El último ejemplo, Marcelino. Ha llegado el momento, y alguien se lo tendrá que decir, de que escuche a sus jugadores, al entrenador que ha puesto. Le están diciendo que se encuentran incómodos jugando en Mestalla, ante su gente, y la prueba es lo mucho que les está costando ganar partidos. Y eso no es una crítica a la afición, que ya prepara el recibimiento al equipo con el sueño de vivir una gran noche igual que el día del Chelsea, es una llamada al presidente y al máximo accionista para que actuen de manera que el aficionado esté feliz y con ganas de animar siempre a su equipo. La temporada está en juego, no solo la Champions, hará bien en escucharlos.

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