Reducir la crisis que ha vivido el Valencia CF con el hecho de apostar más o menos por Kang In Lee o por Ferran Torres es seguramente simplificar un poco las cosas, aunque siempre será menos mezquino y estará más cerca de la verdad (que en estos casos casi nunca es absoluta) que lo del título de la Copa. Es probable que Peter Lim hubiera decidido cambiar el modelo de gestión en la parcela deportiva y que en lo sucesivo tenía pensado dar menos poder fundamentalmente al entrenador, pero la realidad es que todo empezó con el coreano y con Ferran, o sea, con el empeño de Marcelino en traer otros jugadores y que ellos no estuvieran en la plantilla definitiva. En este sentido, y esto es un hecho reconocido publicamente por el propio Marcelino, hay que decir que su poder en la decisión de fichar jugadores era mucho, de hecho en estos dos años y pico no podía incorporarse ningún jugador al la plantilla que no tuviera su visto bueno, o lo que es lo mismo, tenía derecho de veto.

El propio Mateu Alemany frenó el deseo del entrenador de traer a Denis Suárez y después fue Lim el que zanjó el tema Rafinha para quedarse con los dos futbolistas de la cantera. Basta ver lo que está aportando Ferran al equipo, los golazos y las ganas que ambos tienen de ser protagonistas, sin necesidad de entrar a comparar con lo que están haciendo los otros, para convencernos de la sinrazón y del problema que podía haberse evitado el Valencia CF.

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