Hay dos opciones para que la nueva Supercopa de España se pueda seguir disputando a partir de ahora, que tanto Real Madrid como FC Barcelona se clasifiquen siempre para disputarla o, cuando no lo hagan, que la RFEF se saque un decretazo para invitarlos con el pretexto que sea. Porque de alguna manera la Federación, con este formato y el reparto económico que propone, está dando por sentado que necesita a los dos clubes para que su idea sea rentable, el resto poco importa.

Eso, como se supone que esto es una competición a la que los equipos llegan o no por méritos estrictamente deportivos, aunque no es el caso del Real Madrid ya en esta primera edición, tiene su peligro. Y puede dar lugar a todo tipo de especulaciones, porque es la RFEF la que controla a los árbitros y ahora también el VAR desde la ciudad del fútbol en Las Rozas. La competición no solo ha de ser limpia, sino también parecerlo.

Anil Murthy toma el relevo de Mateu y la voz cantante para denunciar el maltrato que ha sufrido el Valencia CF en toda esta historia de la Supercopa, primero le hacen jugar una semifinal cuando ya se había clasificado para la final, después le buscan al Real Madrid como invitado al que le pagan el triple. Esperemos que no meta la pata y sobre todo que defienda los intereses del club en este asunto como lo hizo el director general, que les cantaba las cuarenta. Hoy por cierto se despide Mateu Alemany.

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