Menuda semanita lleva el Valencia CF, hace un par de días Mateu y ahora Marcelino. Ninguno de los dos ha tenido una palabra más alta que la otra, sin rencor, pero solo la aparición en escena de la doble M y en tan corto espacio de tiempo supone un innegable desgaste. Ya puede Anil Murthy agradecer al entrenador Albert Celades y a los futbolistas el hecho de haber ganado tres partidos seguidos, porque en caso contrario es difícil imaginar a qué altura estarían los niveles de crispación entre los aficionados.

Un poco por todo decidía el Valencia CF anunciar precisamente este 14 de noviembre el acuerdo para ampliar el contrato del bueno de Jaume Domènech, buen portero y buen tipo. Una muy buena noticia para él, para los gemelos que espera y sobre todo para el club. En tiempos complicados como los que vivimos son necesarios jugadores capaces de generar cohesión, buen rollo, capaces de explicar a los que acaban de llegar y no entienden nada por qué pasan las cosas que pasan, y conseguir que todos acaben remando en la misma dirección. Jaume, aunque hay que reivindicar también su faceta como portero, que a veces queda en segundo plano porque es suplente pero es principal, es uno de esos jugadores que todo equipo quiere tener. Que sea por muchos años y, como dice, por muchos títulos.