Se detecta cierta euforia en el valencianismo después de la victoria ante el Villarreal, que desde luego tiene mucho mérito por el momento y la forma, pero que no convierte al equipo de Celades ni mucho menos en favorito para el Derbi. Pese al varapalo de Getafe, ojo porque solo ha pasado un mes desde que el Barcelona, que es el líder de LaLiga, salió del Ciutat escaldado. Marcelino sacaba pecho de sus dos empates en el Ciutat porque allí, decía, los precedentes son los que son, y son favorables al Levante UD desde hace bastantes años.

Ya sea por la presión ambiental o por motivación, pocas veces se ha visto al Valencia CF dar la talla en este partido que el Levante, acertadamente, ha ido cocinando desde hace ya algunas temporadas para convertido en algo más que un simple partido de rivalidad. Son, como el emotivo documental que estrenaba ayer el Levante UD como parte de su 110 aniversario, Maneras de Vivir, de vivir el compromiso con la sociedad, de vivir la vida, de vivir el fútbol y también de vivir el Derbi de la ciudad.

Veremos qué pasa el sábado, los dos equipos llegan con importantes ausencias en sus filas, está además el partido del martes en Amsterdam, que por su trascendencia en la Champions League puede pesar en el ánimo. El resultado es de verdad muy incierto, casi siempre lo ha sido, pero lo que está asegurado al cien por cien es el ambientazo en el estadio de partido grande, nunca ajeno a la polémica, y este año parece que con muchas ganas por parte del Valencia CF de cambiar la historia reciente.