SUPER no celebra habitualmente un empate en Mestalla, mucho menos con el Real Madrid enfrente, pero lo mismo que el día del Chelsea este Valencia CF merece el aplauso y reconocimiento en la misma medida que si el árbitro, ya que el tiempo estaba más que cumplido, hubiera decidido acabar el partido antes de ponerse en juego ese último y fatídico saque de esquina. Un gol que ya ni ellos esperaban, con toda la fortuna del mundo o, como leo en la prensa madridista, con la flor de Zidane. Una lástima porque el equipo de Celades había manejado el partido muy bien a pesar de las muchas limitaciones, como la de no tener prácticamente más delantero que Rodrigo, o haber llegado al mismo con un desgaste brutal acumulado. Y había tenido poco antes una enorme ocasión para hacer el 2-0. La prueba es que son ellos los que se marcharon celebrando el empate, como se suele decir, se escaparon vivos esta vez.

Después de Villarreal, Levante y Ajax, así de cerca anduvo el equipo de liquidarse también al Madrid, cerrando a lo grande el año de su Centenario en Mestalla. Más de uno entre esos posibles rivales para los octavos de la Champions habrá tomado buena nota esta semana y seguramente ya no tendrá tan claro que el Valencia es la perita en dulce en el sorteo de este lunes. Que pase el siguiente.