Falta menos de una semana para que se abra el mercado de invierno y hay una conclusión bastante clara: hay por ahí muchos futbolistas que quieren venir al Valencia CF. Las dos cosas obviamente no van a poder ser, hay unos límites en el aspecto financiero y además una lógica, no se trata de tener más jugadores sino tener los que realmente hacen falta, pero cuidado porque algo se está cociendo ahí dentro, en el vestuario hay un convencimiento de que esta temporada también puede ser especial y cualquiera que estuviera pensando salir en enero ahora igual lo ve de otra manera. Esa eliminatoria de octavos ante el Atalanta lo ha cambiado todo, genera una expectativa de seguir avanzando en la Champions League y nadie se lo quiere perder.

En las previsiones que se hizo el club había al menos tres jugadores que podían salir en este mercado, Mangala, Thierry Correia y Rubén Sobrino, a partir de la próxima semana veremos qué pasa con cada uno de ellos, porque el deseo y la petición del entrenador, y eso es así, pasaba por mejorar al menos dos de esas tres posiciones.

La limpieza

Algo tiene este vestuario y, por qué no, algo tiene también este entrenador. Entre todos han salvado una situación absolutamente límite, si recordamos un poco la manera en que se desarrollaron los hechos. En pleno verano, entre finales de julio y principio de agosto, el club estaba en plena guerra civil. Cuando ya fue evidente que la confianza del máximo accionista en Mateu y sobre todo Marcelino se había debilitado, la plantilla se alineó del lado del entrenador y hasta pidió reunirse con Peter Lim. Después, a punto de comenzar la temporada oficial Rodrigo estaba vendido, no llegaban los refuerzos esperados y el 11 de septiembre era destituido el entrenador. Años atrás, este equipo se había venido abajo en situaciones de crisis similares, incluso menos graves, pero esta vez no fue así.

Pese a las dificultades, el Valencia CF ha salido adelante y afronta la segunda mitad de la temporada con grandes expectativas en todos los frentes, y todo gracias a la conexión que se ha establecido entre Celades. El propietario puede estar tranquilo con su inversión, ahora tiene un vestuario más sano y comprometido que quiere seguir ganando y hacer historia.