Le traicionó el subconsciente a Raphael Varane y se dio el lujo de hablar de lo mucho que les ha costado llegar hasta aquí, hasta la semifinal de la Supercopa de España que se juega esta noche en VaraneArabia Saudí. Es lo que tienen los tópicos del fútbol a los que suelen recurrir los futbolistas para quitarse de encima las preguntas, que las palabras salen sin la más mínima reflexión y a menudo se dicen cosas tan ridículas como esta. A su equipo, en realidad, no le ha costado nada llegar, es un derecho que directamente le han regalado.

Aquí hay dos clubes que se ganaron en el campo el derecho a disputarse este título, a los que de entrada la Federación Española les ha privado de ello. Hay otro que, una vez se llevó a cabo el cambio de formato, está por ser el segundo clasificado de LaLiga. Puestos a analizar méritos deportivos, hasta el Betis estaría más legitimado que el Real Madrid, que perdió su semifinal de la Copa por un global de 4-1 con el Barça. Aunque nada como la torpeza en el reparto del dinero, que deja al Valencia CF vapuleado se mire por donde se mire: ha de jugar una semifinal ante el Madrid para recuperar el derecho a disputar un título, algo que ya tenía de antemano, y de los cuatro es con diferencia el que menos ingresará incluso si gana la final.

Mateu Alemany, desde el primer día, manifestó su desacuerdo y su indignación con este atropello a los intereses del Valencia CF. No era por tanto sospechoso de tragar con todo ni de sumisión, sí de ser responsable y cabal con sus decisiones y opiniones. Dijo en su día textualmente que «es evidente que vamos a jugar la Supercopa sí o sí, donde sea y contra quien sea. Sería absurdo no querer jugarla, el Valencia la va a jugar y la va a querer ganar». El director general lamentablemente se marchó, pero la idea no ha cambiado. Más bien al contrario, hay en el club y en el vestuario cada vez más ganas de ganarla. porque es un título de prestigio en el palmarés, porque derrotar al Real Madrid siempre es un objetivo y por tocar las narices. Y cada vez más convencimiento de que darse este gustazo, dar esta alegría a los aficionados, es posible. Solo queda, por tanto, salir campeones.