Al final la Supercopa de España va a resultar más trascendente de lo que se pensaba y no precisamente por obra y desgracia de Luis Manuel Rubiales, porque hoy se juega la gran final y fuera de la capital importa poco más que un pepino quien resulte campeón en un partido que no disputará ni el ganador de LaLiga ni el de la Copa del Rey. Es decir, el que gane no será el campeón de campeones, sino otra cosa a la que quizá el presidente de la RFEF.

Pero, como decíamos, pasemos la página de esa competición sobre la que Rubiales, ojo, llegó a decir que eran los árabes los que decidían el caché de cada equipo. Para el Valencia CF la Supercopa ha sido un aviso muy serio que viene a demostrar la evidencia de que el equipo, con ausencias tan importantes y sin la intensidad necesaria, no es nada. Es algo que los futbolistas saben, pero aun así hay veces que ocurre. Mejor que haya sido ahora, en una competición en la que el Valencia CF lo tenía todo muy en contra para alcanzar el éxito como hemos comprobado desde el inicio, que por ejemplo el día del Atalanta en la Champions.

Valverde

Pero nada como lo del Barça, para ellos el viaje a Arabia Saudí va a marcar un antes y un después si, como parece, Ernesto Valverde está sentenciado y su sustituto puede ser Xavi Hernández. Casi nada. No deja de ser curioso que, después de no haberlo echado por el desastre de Liverpool, Bartomeu se cargue al entrenador tras caer en la semifinal de la 'Supercosa' de Rubiales con el Atlético de Madrid, según dicen en uno de los mejores partidos del Barcelona esta temporada.

Rodrigo y Ferran

La cosa es más seria de lo que parece. El Valencia CF, que llevaba algunos días felicitándose por el hecho de ir recuperando a futbolistas importantes que han estado lesionados, cae de nuevo en desgracia y se queda de momento sin dos de los que estaban en mejor forma y siendo determinantes para ganar partidos, como Rodrigo Moreno y Ferran. Si hasta se lesionó Manu Vallejo después de marcar su primer gol con la camiseta valencianista. Que sea una fiebre pasajera, porque ahora es cuando viene lo bueno de verdad.