Su tiempo se han tomado para llegar hasta el nombre de César Sánchez, que ingresa por tercera vez en el Valencia CF. Lo hace en pleno mercado de invierno, con menos de dos semanas por delante para asistir a las operaciones que finalmente vaya a acometer el club en enero, y que seguramente están ya trabajadas y diseñadas de antemano. Nuevo en esta tarea, no me gusta eso de novato, sabe que viene a ocupar un puesto complicado en el Valencia CF, un cargo que además está ahora mismo bajo sospecha después del cambio de modelo decidido por Lim y la salida de Mateu, Longoria y Marcelino. El dueño quiere menos poder en manos de sus ejecutivos.

Vamos, que han tardado tantos meses en arreglar esto que por un momento era hasta lógico pensar que el máximo accionista -y no Anil Murthy- iba a ser directamente el director deportivo. De César, de su criterio, de su juego de cintura, de su trabajo y el de la persona que ha buscado para acompañarle en esta aventura, que sí tiene cierta experiencia y prestigio en el calciomercato, depende a partir de ahora su crédito como profesional, que como futbolista era mucho.

Más opiniones de Julián Montoro.