Albert Celades demuestra que vive un punto por debajo del resto de los mortales en lo que a estrés se refiere. Pese a que el equipo venía de dos partidos horribles y que, defendiendo el título conquistado en Sevilla, se jugaba la Copa del Rey a un único partido en Las Gaunas, no dudó en cambiar toda la defensa, poner a Thierry Correia que no jugaba desde Pamplona, ojo, con Mangala y Diakhaby en el centro, y apostó sin vacilar lo más mínimo por el canterano Vicente Esquerdo por primera vez en un once titular junto al capitán.

Con eso debió bastar para resolver el choque sin pasar ningún apuro, si no fue así nada tiene que ver el entrenador, es porque los futbolistas no acertaron con el 0-2 pese a que hubo muchas oportunidades para hacerlo.

Tampoco es que se llegase a mascar la tragedia durante el partido, apenas tuvo la UD Logroñés algún momento para creerse que de verdad podía al menos igualar la eliminatoria, como sí los tuvo sin ir más lejos el Ibiza de Amadeo Salvo, que pudo perfectamente liquidarse al Barcelona.

El mismo Barça que visita en apenas dos días Mestalla. Vienen con idea de llevarse la victoria y quizá con la esperanza de conseguir el fichaje de Rodrigo Moreno, pero claro, sin pagar... El Valencia CF. Con bromas a otra parte.