No sé cuánto dinero le ofrecerá el FC Barcelona a Rodrigo Moreno o cuánta gloria piensa que alcanzará jugando junto a Messi y Griezmann, porque el procedimiento del club que más presume de tener valors es insultante para el Valencia CF, pero más lo es incluso para el propio futbolista. Porque hay que tener valor, no confundir con valors, para presentarse a fichar al delantero estrella del Valencia CF, el que te marcó un gol en la última final de la Copa del Rey, el que puede ser titular con la Roja en la próxima Eurocopa, y decir que me lo llevo pero si no me funciona entonces te lo devuelvo en junio y tan amigos.

Nadie da crédito a este burdo intento de reírse del Valencia, aprovechando que su máximo accionista pueda o no estar receptivo a una venta como ya lo estuvo y es más que evidente el pasado verano. Tal tiene que ser el caos en el FC Barcelona para que una operación de este estilo, por llamarlo de alguna manera, pueda convertirse en la gran cortina de humo para tapar la crisis que han provocado sus propios dirigentes, con cambio de entrenador incluido.

Tampoco sé hasta dónde estará dispuesto a tragar el propio Peter Lim con esta situación. Ahora mismo tiene ante sí una oportunidad enorme para darle un portazo al Barça y enviar a los aficionados un mensaje ambicioso, primero porque el Valencia CF no se deja ofender por esta gente y después porque no está dispuesto bajo ningún concepto a debilitar el equipo. Ya sabemos, no obstante, que el máximo accionista no se mueve por lo que puedan pensar los aficionados, sino por sus números y unos principios empresariales que no siempre llevan a tomar decisiones populares.

Rodrigo Moreno lleva muchos años aquí, puede que haya cumplido un ciclo y se puede hasta aceptar que el club tenga la obligación de sacar el máximo rendimiento económico porque quizá no haya mejores oportunidades en el futuro para hacerlo. Eso es así, aunque puede que no sea precisamente ahora el momento, es posible que el recambio, por bueno que sea, no dé el mismo resultado que Rodrigo, que hace funcionar al equipo y en el que confían plenamente sus compañeros, y eso se puede traducir en que los objetivos del equipo se resientan. Porque, desde luego, tendría que ser con el dinero y el recambio en el equipo absolutamente garantizados. La decisión desde luego no es fácil. nadie ha dicho que lo sea.