Nadie daba un euro por el Valencia CF en esta Champions League desde el día del mismo estreno, allá por el mes de septiembre, días después de la tormenta que se llevó por delante a Marcelino, de la llegada de un silencioso Albert Celades al banquillo y de haber sufrido un varapalo ante el Barcelona en el Camp Nou. Incluso una victoria como la de Londres, la primera del Valencia CF en un feudo tan exclusivo como el que tiene el Chelsea en Stamford Bridge, no recibió en aquel momento la valoración que merecía. Como si llegar y ganarle al Chelsea es algo que ocurre todos los días. No, la realidad es que es algo que no se había logrado nunca. Tuvieron que pasar algunas semanas más para que, en un partido en el que todo eran malos presagios como el de Amsterdam, llegara la victoria definitiva que colocó Valencia de nuevo en el mapa de la Champions. Esa noche la víctima, que desde luego era el Valencia, dejó fuera de los octavos de final a uno de los últimos semifinalistas, un equipo que estuvo a dos segundos de meterse en la pasada final de la Liga de Campeones, una de las vedettes del fútbol europeo.

San Siro

Hoy vuelve el equipo a San Siro, donde tampoco ha ganado jamás, ojo. Dicen que la historia le debe una al Valencia CF en este lugar, pero el fútbol rara vez paga estas deudas. No será esta vez para verse y partirse las caras con el Inter de Milán sino con la Atalanta, un equipo y una ciudad entera (Bérgamo) enchufada e ilusionada con esta primera Champions de sus vidas. Es algo que en cierta manera nos devuelve a la memoria aquel Valencia del año 2000, cuando iba siempre de tapado y, aunque nadie imaginó que pudiera lograrlo, fue eliminando uno tras otro a todos los rivales que le pusieron por delante y acabó por alcanzar la final de las finales.

Regalo

Hoy, sin embargo, las circunstancias hacen que los italianos parezcan favoritos y de nuevo parte el Valencia en el papel de víctima, pero aquí nadie puede fiarse. Aunque Celades no tiene a Garay ni a Paulista ni a Rodrigo, tres de los pilares y jugadores determinantes sobre todo cuando se trata de partidos de este nivel, seguro que nadie con dos dedos de frente en la Atalanta está pensando de verdad que el Valencia es un regalo de Navidad que les cayó en el sorteo, cuando les podía haber tocado el PSG o el FC Barcelona. Advertidos desde luego están porque Chelsea o Ajax pueden dar fe de que este equipo no se va a entregar tan fácil, por mucho que en la defensa vayan a jugar Diakhaby y Mangala frente al que dicen es uno de los mejores tridentes de ataque de Europa.