Cuando peor pintaban las cosas, ocurrieron cosas extraordinarias. Albert Celades, cansado de no tocar tecla alguna durante mucho tiempo, cambió el partido moviendo un par de piezas en el terreno de juego. Apareció Guedes, al que muchos ya no esperaban. Gameiro, en su único disparo, volvió a ver portería después de meses sin hacerlo.

Medio en cuarentena, Mestalla vivía un partido de enorme tensión por muchas razones, sobre todo porque entre San Siro y San Sebastián el equipo venía cuesta abajo y sin frenos. Anduvo además el Valencia CF durante buena parte de la tarde más cerca de perder que de ganar, alimentaba los nervios en el terreno de juego y en la grada, donde varias veces se pudieron escuchar cánticos contra el máximo accionista, incluso al final del partido y con la victoria ya en el bolsillo.

Pero el Betis fue el rival perfecto, erró sus ocasiones y concedió las suficientes para que el equipo de Celades se hiciera por fin con tres puntos que son oxígeno puro para un equipo asfixiado por los problemas físicos que parecen no tener fin. Volvieron Gabriel y Gayà, que además fueron quizá los mejores del partido, pero cayeron a lo largo de los noventa minutos GayàMaxi. Seguimos.