El hecho de haber tomado algunas precauciones para evitar que se extienda el coronavirus le ha llegado a costar críticas al Valencia CF. Por difícil de entender que parezca, incluso el hecho de aplicar prudencia, criterio y responsabilidad a un problema tan serio es criticable. Será porque Meriton, ya se sabe, lo hace todo mal. Se puede entender la postura inicial de nuestras autoridades, ya sean sanitarias o no, pero al final la línea que separa la lógica obligación de no generar una alarma social innecesaria y la negligencia puede llegar a ser muy estrecha.

Es cierto que a día de hoy ningún otro club de LaLiga ha tomado medidas de la magnitud que tienen las que decidió el pasado jueves el Valencia, dirigidas sobre todo a aislar al equipo ante uns situación de riesgo evidente. También, claro, habrá que tener en cuenta que ningún otro club de LaLiga ha viajado recientemente a Milán ni se ha encontrado en un círculo bastante cercano un foco de contagio y diversos casos confirmados de esta enfermedad. Al final, la protección no es solo para los jugadores del Valencia CF, también lo fue para los del Betis y lo será para el Alavés, al que visitará el equipo dentro de pocos días en Vitoria.

En cualquier caso, basta escuchar las palabras pronunciadas este domingo por Fernando Simón, director del centro de coordinación de alertas y emergencias sanitarias, para entender que el Valencia CF ha actuado bien, aunque moleste. Y que, ya que no se hizo en el partido de ida de los octavos de final de la Champions, habrá que tomar una determinación lo antes posible con el viaje que preparan los aficionados de la Atalanta a València, previsto para dentro de solo una semana. La realidad es que ninguna autoridad alertó sobre un desplazamiento de 2.500 aficionados a Milán, esto es muy serio y esta vez nadie podrá tener la desfachatez de decir que no entiende de fútbol, porque hasta un niño entenderá que no estamos hablando de fútbol sino de una auténtica emergencia sanitaria.

Hay más de 2.500 tifosi italianos que tienen ya su entrada para el partido de Mestalla y es imposible precisar cuántos tomarán por responsabilidad la decisión de no viajar. En cualquier caso, no parece una decisión que deba dejarse al libre albedrío de cada uno, ni siquiera esperar a que sea el Valencia CF el que se moje y acabe retirando las entradas para exponerse incluso a una sanción por parte de la UEFA. La decisión ha de ser firme y tiene que venir de arriba. ¿Qué genera más alarma social, permitir un desplazamiento de ese tipo o suspenderlo?