El Valencia CF se adelantó a las autoridades tomando medidas para evitar contagios de coronavirus, aunque en ninguna de las previsiones entraba que le cerrasen el campo para el partido de vuelta de la Champions Si de lo que hablamos es de medidas para evitar siempre que sea posible que se extienda la enfermedad, nada se podrá decir contra una decisión si está debidamente argumentada, cosa que de momento todavía no. Lo que sí hay que exigir a quienes tienen la potestad de dictar que Mestalla se cierre, porque aquí hay un daño evidente al club, es que la decisión sea eficaz y proporcionada, y sobre todo que estén seguros de que esto es lo mejor que pueden hacer para proteger a la población, lamentando los daños colaterales al Valencia y su afición.

No vale únicamente como medida disuasoria porque el hecho de cerrar el estadio no garantiza que un número importante de aficionados italianos, que vienen además de la zona con mayor impacto del coronavirus, se acaben desplazando a València. Si tienen vuelos y hoteles pagados y deciden venir igualmente, ¿qué pueden hacer las autoridades al respecto? ¿Debió jugarse el partido de ida a puerta cerrada o en otro lugar que no fuera Milán? La única medida eficaz sería impedir con todos los medios disponibles ese desplazamiento masivo, pero ese toro no lo quiere coger nadie.

Más opiniones de Julián Montoro.