Al contrario que el Valencia Basket, club que expresó con total claridad su desacuerdo con la decisión de cerrar La Fonteta para sus cerca de 8.000 abonados en un partido clave de la Euroliga, el Valencia CF optó por el silencio después del mazazo que supone no poder abrir su estadio para los aficionados el día en que se juega estar en los cuartos de final de la Champions League. Sí, seguramente la eliminatoria se perdió allí, pero si existía algún halo de esperanza todo pasaba por el Factor Mestalla, por la afición. Y no habrá.

Desde aquí el más absoluto respeto y apoyo a este tipo de decisiones que se toman con plena responsabilidad en base a unos datos que suponemos debidamente contrastados, y en las que participan todo tipo de técnicos, científicos y demás. Aunque sigue dando la impresión de que la comunicación no es la correcta. No se trata de acatar las decisiones, sino de que la gente sepa y entienda el por qué. Por qué no se abre La Fonteta si posiblemente sea hoy el único lugar de la ciudad en el que existen casi plenas garantías de que no habrá personas que proceden de zonas de alto riesgo, excepto jugadores y personal del Armani Milán, que van a estar igual.

Por eso queda en el aire la sensación de que no interesa dar demasiados detalles ni explicar bien las razones que han llevado a cerrar estos dos recintos de la ciudad mientras todo lo demás sigue abierto. No hace ni una semana al Valencia CF lo acusaban de "desoir" las recomendaciones de Sanidad solo por el hecho de haber tomado una serie de medidas preventivas para el contagio del coronavirus. Hoy, tiene el estadio cerrado para su partido más importante de la temporada. Aquello era generar alarma, esto no. O hace una semana la recomendación era no hacer nada o, digan lo que digan, aquí hay algo que no está claro.

Nada de esto ayuda para el objetivo de no generar alarma y confusión innecesarias entre la población, todo lo contrario. El daño está hecho y en el caso del Valencia CF seguramente sea irreparable, esto de hecho va a salir muy caro, pero ellos sabrán. Al fin y al cabo, nosotros solo sabemos frivolizar, solo hablamos de fútbol y eso no importa porque de lo que se trata es de velar por la salud de todos. La decisión es definitiva e irrevocable, pero esto tiene pinta que no se va a acabar aquí. Al tiempo.