Tal día como hoy estaba marcado para la firma de la venta del suelo de Mestalla, siempre que el Valencia CF y también los bancos que tienen las hipotecas dieran el visto bueno. No va a ser así porque los que decían tenerlo hecho no tenían en realidad nada. Estaba, en todo caso, embastat. Aunque el asunto es grave, a estas alturas no quedará ningún valencianista sorprendido después de todo lo vivido desde hace ya muchos años con este asunto del traslado al Nuevo Mestalla.

Basta recordar aquella imagen de Miguel Zorío, entonces vicepresidente del club con Vicente Soriano, mostrando en una Junta General de Accionistas un papel -imaginaremos que en blanco- y asegurando que la parcela se había vendido en Londres por una cantidad que ni él mismo se debía creer. Sí, en una Junta de Accionistas. Años después, pocos, el Valencia de Manuel Llorente volvió a anunciar el acuerdo con Rodrigo Rato y Bankia para vender la parcela y acabar el estadio, un plan del que después se ocuparía la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, que como sabemos se encarga de investigar y perseguir formas de delincuencia y crimen organizado.

También el actual Valencia, el de Peter Lim, nos la ha colado en alguna ocasión, aunque en este caso quien no ha cumplido ha sido ADU Mediterráneo, desde el primer día hasta el último. Habría salido ganando tiempo y dinero el club de no haber prorrogado tantos meses la agonía porque ahora, en la situación que se vislumbra, las opciones se reducen a una.