No parecía tan complicado que el Valencia CF llegase a un acuerdo con los futbolistas, sobre todo porque ellos saben que la intención del club fue no tocar nada. Eso fue hasta que empezó a tomarse en serio el hecho de que la competición pudiera suspenderse de manera definitiva y la Liga de Fútbol Profesional puso sobre la mesa los auténticos números del desastre. Ya se sabe que tratar sobre los sueldos de los futbolistas es siempre un asunto espinoso, he llegado a conocer en otras épocas casos de jugadores del Valencia CF, aunque en este caso el recorte está tan justificado y plenamente documentado que casi todos los clubes han acordado ya con sus plantillas una reducción que en realidad solo sería relevante en el caso de que no se vuelva a jugar.

Tampoco es para tanto ni desde luego parece que valga la pena hacerse de notar, pero si no lo cierran rápido al final lo van a conseguir. Peor lo tienen muchos otros que sí van a pagar muy caras o están pagando ya las consecuencias de este coronavirus en la economía. El primer club de LaLiga en reaccionar ante la epidemia, como bien presume el presidente en su última entrevista, puede ser el último en cerrar los números de la crisis con sus jugadores, o el próximo en presentar un ERTE. La imagen de los neoyorquinos confinados en sus casas y devorando las declaraciones de Anil Murthy. Casi lo mismo que la de Luis Rubiales pensando desde su casa en cómo dejar fuera de Europa al Valencia CF si, en el caso de que no se jueguen las últimas once jornadas, no pudiera ser con los árbitros y el VAR.