El Valencia CF sigue necesitando los refuerzos tanto como ayer, pero hoy se puede decir que es un poco más equipo que ayer. Decía Javi Gracia que todos los problemas que se vieron especialmente en el partido con el Huesca no tienen que ver con situaciones de mercado, ni se solucionan solo con fichajes. Primero lo dijo y a continuación fue capaz de plasmarlo en los hechos, como debe ser. La receta no es complicada, aunque después de conocerse el once titular nadie daba un euro por ellos: explotar las armas que tiene, cambiar por otras las que no funcionan y premiar a los que más lo merecen. En solo noventa minutos quedó demostrado que es posible dar la cara, competir y hasta darle un sustito a un rival que seguramente se creyó superior.

Todo eso está bien, es lo que ha de hacer un entrenador, pero el Valencia CF ha de ser algo más. Los refuerzos, aunque más tarde de lo que debería ser por una y mil circunstancias que a estas alturas ya importante poco, tienen que llegar. Y tienen que llegar para elevar este nivel del que partimos, dar más alternativas, más armas para estar peleando por los objetivos que de verdad interesan. Más que a Peter Lim o a Anil Murthy, que ya saben perfectamente lo que su entrenador piensa de todo, lo que sí hace Javi Gracia es enviar un mensaje a los aficionados y a los jugadores, está claro que a algunos en especial. Aquí nadie se rinde en tres partidos.

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